COLUMNA DE OPINIÓN
Por Rafael Lecaros
Gerente General de FAENACAR A.G.
Estimados suscriptores, mucho tiempo ha pasado desde que distintos grupos de interés han usado creencias y mitos sobre la carne para resaltar su causa animalista, ambientalista, naturalista, entre otras; sin base científica, ni con datos y estudios realizados por organizaciones de peso, que les brinden una mirada integral y sustentable a sus presentes teorías en contra de la Carne.
Durante este período, quienes somos parte de una de las cadenas productivas más antiguas del mundo agropecuario, nos hemos callado en el entendido que nuestra “defensa” podría ser tildada de “interesada o sesgada”, y como cualquiera que recibe ataques infundados, tenemos el derecho y el deber de mostrar la realidad en base a la ciencia, en defensa de los millones de pequeños ganaderos en el mundo que no solo ven amenazado su sustento, sino que también su forma de vida.
¿Cuáles han sido las informaciones que se han sembrado sesgada y falsamente? Por una parte, las ligadas a la salud humana y por otra, los efectos sobre el medioambiente.
Para la primera, si bien existen distintas teorías sobre el colesterol, estas se han ido desmitificando y variando sustancialmente en el tiempo, basándose en la ciencia y en los resultados empíricos, en lugar de en las creencias. Así hemos visto aparecer el colesterol bueno y el malo, la grasa saturadas y las que no. Quienes tenemos un poco más de años aún no entendemos porqué nos prohibieron durante tanto tiempo el huevo por su alto colesterol. Muchos solo hablan de riesgos teóricos, pero ¿quién habla de los beneficios?
En la historia de la humanidad, hay pruebas suficientes del rol evolutivo que cumplió la proteína animal en el desarrollo del cerebro del homo sapiens, sabiduría que hasta hoy día la vemos reflejada en el esfuerzo de muchos padres por alimentar a sus hijos más pequeños con “la molida o la panita”, como elemento irremplazable para su desarrollo, incluso privándose ellos mismos. Que duda cabe que la proteína es imprescindible para el fortalecimiento muscular, no solo para los deportistas, sino que es vital para una población cada vez más longeva. Es cierto que existen otras fuentes protéicas, pero ninguna tiene el poder de la carne.
La otra información falsa es sobre los efectos de la ganadería en el cambio climático y el medio ambiente, donde incluso se llegó a decir que la ganadería era responsable del 51% de los Gases de Efecto Invernadero. Situación aclarada y corregida por el mismo autor del estudio y refutada científicamente por organizaciones como la FAO y la agencia para la protección del medio ambiente de EEUU (EPA), quienes la sitúan en el peor de los casos como responsable del 5% de estos gases.
https://elpais.com/elpais/2018/12/11/planeta_futuro/1544527239_882200.html
https://www.epa.gov/ghgemissions/inventory-us-greenhouse-gas-emissions-and-sinks
Esta información dura, que no ha sido suficiente para que algún diario, sacando de contexto estos estudios, titule en forma antojadiza y sensacionalista frases como “dejar de comer carne podría salvar el planeta” o “dejar de comer carne podría salvar miles de vidas”.
¿Cuáles son las preguntas que nos debiésemos hacer?, o más bien, ¿cuales son las respuestas a estas preguntas, que tenemos la obligación de conocer muy bien para hacer frente a estos grupos ‘istas’?
1.- ¿La carne aporta macro y micro nutrientes esenciales para la Salud? ¿sin la carne sería posible alcanzar los objetivos nutricionales básicos el 2050 con 9.800 millones a habitantes?
2.- De acuerdo a la FAO, el 70% de las tierras agrícolas son solo para usarlas en pastoreo rumiante, entonces ¿dónde sembraríamos la proteína vegetal? ¿Qué superficie del planeta necesitaríamos para reemplazar el aporte de la proteína animal? ¿Qué efectos medio ambientales tendría arar esas tierras, las que deben ser despojadas de su vegetación actual?
3.- ¿Qué pasa con el factor de la sustentabilidad de los millones de pequeñas comunidades en el mundo?
Necesitamos recoger todos los antecedentes científicos y empíricos sobre los efectos positivos e irremplazables de la carne, para tener un sustento sólido y potente y así transmitir la verdad.
Es tiempo de hablar.
Por favor envíenos sus comentarios, links y aportes a info@faenacar.cl