Para algunos su nombre es sinónimo de “modernización”, otros opinan que el de “eficiencia”, pero el que más lo define y se repite es el de “exigencia” en una búsqueda constante por lograr la máxima higiene y seguridad en los procesos de producción cárnica. Su huella y legado en Chile lleva por nombre Donald Long.
FAENACAR A.G.
Reacio a compartir sus recetas, Cristina Long –su hija- cuenta que tenía un termómetro para medir la temperatura de la carne y su cocción a fuego lento, “siempre le ponía cosas nuevas a sus preparaciones” – recuerda- “A los 11 años me llevó a la empresa Procarne, donde me hiso un recorrido por las instalaciones, me mostraba cómo se despostaba, cómo se hacían las hamburguesas y las maquinarias que manipulaban los alimentos. Ya que él era Ingeniero en Alimentos, siempre fue muy preocupado de la higiene, de que los alimentos no llegarán a estar contaminados, por lo que se preocupó que toda la planta – y hasta ahora tengo entendido- es casi automática. Me recuerdo que todo el envoltorio lo hacían las máquinas”.
De carácter fuerte, varios concuerdan en que le daba lo mismo donde se hiciera el trabajo, pero sí que estuviera bien hecho. Cristina cuenta que era habitual verle pasar horas estudiando e innovando en diversas materias, en especial de las carnes, pero en el último tiempo el tema que lo tenía inquieto era su enfermedad en busca de nuevas alternativas que lo ayudaran hacer frente al segundo cáncer que lo atacaba. “Después de que superó el primer cáncer, el segundo nos devastó a todos como familia.” – confiesa-.
Cabe señalar que sólo semanas atrás falleció, sin embargo su legado sigue escribiéndose en cada planta faenadora que produce carnes chilenas con calidad de exportación.
Para Carlos González -Gerente General de McDonalds en Chile-, el nombre Donald Long significa una gran pérdida en conocimiento, en experiencia y por sobre todo la despedida de un gran amigo. “En el ámbito del negocio, yo diría que Donald es una de las personas que mayor aporte generó en la Industria de la Carne hace casi 28 años cuando McDonalds llegó a Chile.” – comenta-.
McDonalds es una de las empresas mundiales con más altos estándares en materia de industria alimentaria; y probablemente en temas de carne es la empresa que más altos estándares les exige a los productores de sus hamburguesas. Es por ello que cuando McDonalds llega a Chile, el primer contacto que tuvo fue justamente con la empresa Procarne a través de Donald Long. “El gringo” como lo recuerdan algunos, quien tenía experiencia en Estados Unidos de temas de carne y claramente -concuerdan varios-, le fue bastante más fácil entender cuáles eran los requerimientos de McDonalds en términos de productos, de maquinaria, de toda la tecnología que se tenía que aplicar a la carne para poder ser proveedor de McDonalds en la época de los ‘90.
Al respecto, Miguel Ponce –Director del Centro de Estudios de la Carne de la Universidad de Chile-, recuerda que la industria chilena se estaba recién acomodando a los estándares internacionales en aquella época. “Chile rápidamente se alineo a esos estándares norteamericanos de la mano de Donald, y a su vez permitió a Procarne ser el proveedor oficial de McDonalds en Chile, abriéndoles posteriores mercados internacionales.”
Más que una visión de exportación, lo hecho por Donald Long fue visualizar una oportunidad para mejorar todo lo que era la Industria de la Carne en Chile, partiendo desde los procesos de mataderos hasta llegar a los procesos de elaboración de las hamburguesas.
“No está de más de decir que en esa época McDonalds ya tenía exigencias que fuesen hamburguesas 100% carne, sin conservantes ni aditivos, a diferencia de lo que mucha gente cree que puede ser una mezcla de productos. Esa es la gracia de McDonalds, carne 100% de vacuno, y Donald visualizó que podría ser un negocio interesante no sólo para Procarne, sino para el resto de la industria chilena. Por lo tanto la tecnología que se trajo desde Estados Unidos para que Procarne pudiese elaborar las hamburguesas es una tecnología que hoy prácticamente la Industria completa tiene que tener para poder cumplir con los estándares de la Industria nacional, y sobre todo internacional.” -relata el Gerente General de McDonalds-.
Activo voluntario de la “Fundación para la Infancia Ronald McDonals”, Long fue uno de los que mayor aporte realizó organizando y dando a conocer la fundación, a través de la cena anual y de los campeonatos de Golf que se realizan para reunir fondos en ayuda a la construcción de salas de acogida en los hospitales públicos de Chile. Es por ello, que a sólo días de haberse realizado el campeonato de Golf en Viña del Mar, se rindió un homenaje al hombre visionario de la carne chilena, coronando el certamen con la copa -hoy llamada- “Donald Long”.